¿Te doy un consejo?

Por: Jackie
Cuando una mujer y su pareja anuncian que están esperando un bebé, pasan dos cosas automáticamente: la primera, una felicitación; la segunda, un consejo. Y vaya que la segunda se repite una y otra vez. Desde la amiga hasta la bisabuela, pasando por el tío, la cuñada, la colega y el jefe.

“Trata de dar a luz naturalmente”, “la cesárea es lo mejor”, “¿has considerado el parto en casa”, “no uses epidural”, “usa epidural”, “en mi época lo hicimos y estamos vivos”, “no le des chupón”, “lee este libro para que te salga leche”,  “contrata una enfermera”, “no se te ocurra contratar una enfermera”, “tienes que dejarlo llorar para que aprenda a dormir”, “dejar llorar a un bebé es lo peor que puedes hacer”, “duerme con él en la cama”, “niños se han muerto por dormir en la cama”, “no lo duermas en brazos”, “disfruta cada momento que lo tienes en brazos”… ¿sigo?

Para las mujeres de cierta personalidad, puede ser agotador. Lo peor del caso es que, para todo lo relacionado con la salud del bebé, el único consejo que se debe seguir es el del pediatra, médico preparado con años de estudios y experiencia. Para temas de pecho, expertos en lactancia y para temas de arreglos de cuidado del bebé, no hay consejo que valga: es una decisión personal. Y la verdad es que no importa cuántos o qué consejos te hayan dado, cuando te ponen ese bebé en los brazos y empiezas la rutina, tú vas a hacer lo que te nazca, te parezca mejor y te funcione.

Quiero insistir en la palabra “lo que te funcione”. No todos los bebés tienen el mismo temperamento; no todos los bebés tienen el mismo ambiente familiar o red de cuidadores; no todas las mamás o papás tienen las mismas facilidades económicas o de tiempo; entre otros. Mi consejo es: “no te dejes abrumar por consejos”. Escucha y confía en tus doctores y ve paso a pasito. Día a día. Cuando se comienzan a dar los verdaderos retos, haz lo que te diga tu instinto, basado en tu estilo de vida y necesidad.

Mi segundo consejo es: hijo chico, problema chico; hijo grande, problema grande. Una mamá de una adolescente que está fracasando en el colegio te va a mirar mal si te escucha con tu dilema de si vas a darle compota natural o de frasco. Un padre cuyo hijo es víctima de bullying va a estar lejos de sentir empatía cuando te quejes porque tu bebé se despierta en la madrugada. Pon las cosas en perspectiva.

Mi tercer consejo: cada madre y padre hace lo mejor que puede, con lo que tiene.

Ya te di tres consejos y te cayó mal, ¿verdad?