Los niños no son adultos pequeños. Muchas veces se nos olvida esto o pensamos que ellos son personas iguales a nosotros pero con menor estatura y esta es la razón por la cual no logramos conectarnos con ellos o entenderlos.
La manera en que su cerebro analiza las cosas es diferente a la de un adulto porque están en proceso de crecimiento y aprendizaje. Habiendo dicho esto, es necesario que empecemos a pensar en ellos como lo que son: niños.
Hacerlos felices no es tan difícil. Ellos tienen una capacidad singular de encontrar el lado bueno en casi cualquier situación y si hacemos estas 9 cosas, te aseguro que tu hijo o cualquier niño con quien lo apliques, será realmente feliz, sin necesidad de ponerte creativa o gastar toneladas de dinero.
1. Dejarlos jugar con lodo, palos, piedras, tierras y similares. Sí, a los niños les gusta ensuciarse. Y muchos de ellos a veces les cuesta hacerlo porque saben que a nosotros no nos gusta verlos sucios. Pero la realidad es que jugar con este tipo de cosas que encuentras en el patio de tu casa o en el parque es sumamente beneficioso para ellos porque les ayuda a desarrollar sus sentidos y refuerza su sistema inmunológico. Solo debes estar pendiente que al terminar se laven las manos antes de llevárselas a la boca o algo así.
2. Déjalos tener una mascota. Y esto es para mi lo más duro porque al final del día somos nosotras las que terminamos cuidando y apegándonos a la mascota. Sin embargo, los especialistas han afirmado que las mascotas en los niños los ayuda a reducir sus niveles de estrés y ansiedad. Adicional, les ayuda a crear empatía hacia otro ser vivo ya que deben tratarlos bien, alimentarlos y demás. Si te es mucho problema tener una mascota como un perro o un gato, empieza con algo que requiera poco cuidado. Tal ves una pecera pequeña, un pajarito o algo por el estilo y a medida que van creciendo y madurando conversen acerca de qué otra mascota están preparados para tener y cuidar.
3. Dales muchísimos abrazos. Los abrazos son importantísimos porque muestran afecto y los ayudan a desarrollar emociones positivas. Muchas veces a los niños (y a los adultos) les cuesta demostrar afecto con palabras, pero los abrazos son más fáciles de dar. Cada vez que puedas abrazar a tu hijo, házlo. Te aseguro que nunca será demasiado.
4. Déjalos moverse…y mucho! Dicen que un niño que se mueve mucho es hiperactivo. Pues no. La hiperactividad es otro asunto que en otra ocasión, y de la mano de un experto, podremos explicarles. Un niño que se mueve constantemente y está activo es un niño sano que tiene mucha energía. Igualmente, esto les ayuda a mantenerse en forma y prevenir la obesidad infantil que en los últimos años ha ido en aumento. Ponles música, déjalos que bailen, que corran, que salten, que jueguen y trata que los video juegos o cualquier otro juego que sea más sedentario sea solo la excepción y no la regla.
5. Escúchalos siempre. ¿Saben cuántas veces nosotros decimos que estamos escuchando pero realmente nuestra cabeza está en otro lado? Miles de veces! Es por esto que debemos hacer el esfuerzo de realmente escuchar. Tratemos de no escuchar haciendo tantas preguntas, sino más bien callados, con nuestra atención dirigida 100% en ellos y dejando que ellos solitos digan lo que tienen que decir. Cuando los niños se sienten escuchados de manera real y efectiva, enseguida mejoran su autoestima y seguridad. Adicional, crean un vínculo de confianza entre padres e hijos que será muy beneficioso cuando estén mayores y entren en la adolescencia.
6. Permíteles andar descalzos. Los pies descalzos, sobre el piso, la hierba, la tierra y demás los ayuda en todo el tema sensorial que es muy importante para el desarrollo de los niños. Adicional, les permite mejorar el control y movimiento de su cuerpo. Deja los zapatos para cuando van a salir, pero en casa o en ambientes donde no hay peligro, quítale los zapatos y verás sonrisas inmediatas en la cara de tus hijos.
7. Cómprales juguetes sencillos. los niños no necesitan juguetes caros ni extravagantes para tener un día divertido. Cosas como cintas, cajas, lazos, burbujas, pintura, marcadores, hojas de papel, cubos, todo esto son cosas que cuestan poco dinero y fáciles de conseguir pero les ayudan a fortalecer su creatividad y su imaginación. O sea que ya sabes, menos es más cuando de juguetes se trata.
8. No los encierres; déjalos que jueguen al aire libre. Saben todo lo que hay afuera en las calles? Árboles, carros, pájaros, otros niños, agua, hierba, diferentes olores, etc. Hay veces que no se puede por el clima y demás pero trata que el tiempo al aire libre sea suficiente para que ellos se mezclen, conozcan y vivan todo esto. El jugar al aire libre les ayuda a mejorar su concentración, memoria y procesos de aprendizaje.
9. Despiértalos con besos. Todas las mañanas, cuando entramos a sus cuartos, ya sea porque van a la escuela o simplemente es hora de levantarse, llénenlos de besos. Aparte que es riquísimo sentir esos cachetitos de los niños, ellos se sentirán amados lo cual les ayuda en su autoestima y sentido de pertenencia. Y lo mejor, ¡son gratis! 😉
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