Carta a mi primer hijo…te amo con el alma!

Querido Hijo: Hace unos días me preguntaron que qué se sentía tener otro hijo y que cómo hacía para amar a los dos por igual. Me quedé pensando y francamente no pude responder. ¿Y es que cómo respondo a una pregunta que simplemente no tiene respuesta? Cómo pongo en palabras lo que siente mi corazón?

¡Ay querido hijo! Tu fuiste mi primero y francamente contigo aprendí. Contigo cometí todos los errores que te puedes imaginar y tuve que aprender. Si tan solo hubiera sabido entonces lo que sé ahora. Gracias a ti soy mamá ❤️.

Sé que a veces puedo ser muy dura y suelo olvidar que sigues siendo un niño. Pero es que siendo tan pequeño me has enseñado tanto que a veces me cuesta creerlo.

Lo siento. Siento que hayas tenido que pasar por cientos y cientos de “ensayos y errores”. Siento tanto haberme equivocado tantas veces contigo. Pero es que mi idea de ser la madre perfecta para ti era grande. Siempre pensé que ser mamá era fácil. Siempre pensé que un libro lo explicaba todo. Y tal vez me preocupé tanto por ser perfecta que descuidé los pequeños momentos y la simplicidad de tener a un bebé en casa. Un bebé perfecto y especial como lo fuiste, y eres, tú.

Tu fuiste el primero y nunca, nunca jamás volveré a sentir lo que sentí cuando te vi. Nunca volveré a tener la oportunidad de ser mamá primeriza. Y siento que te haya tocado vivir mis inseguridades y equivocaciones. ¡Lo siento tanto!

Recuerdo que te observaba cada día y pasé tanto tiempo analizando todo lo que no hacías que muchas veces me perdía las metas que sí alcanzabas. Lo siento. Siento no prestarle la suficiente atención a esas cosas.

Y ¡zas! Así de rápido has ido creciendo y yo enfocada en cosas que no valieron la pena. ¿Dónde está mi bebé? ¿Dónde te fuiste? Cerré los ojos y ya estás por entrar nuevamente al colegio. Kinder. Ya no eres bebé. Ya prefieres que te deje en la puerta de la escuela y me pides que no te de besitos. ¿Dónde se fue el tiempo?

Y quiero decirte hoy que mis intenciones siempre fueron buenas. Aún cuando me equivoqué hacía lo mejor posible. Y sé que a veces espero demasiado de ti y sé que no lo entiendes aún pero algún día lo harás y verás que si te sobreprotejo es porque quiero que crezcas grande y fuerte.

Ojalá pudiera regresar el tiempo. Y créeme que lo haría. Lo haría simple y sencillamente para atesorar los momentos que no atesoré por estar aprendiendo a ser mamá. Por estar tratando de ser perfecta y preocupándome por cosas y detalles que hoy sé que no significan nada.

Y de la nada no eres bebé. Y cierro los ojos y trato de imaginarte en mis brazos cargado y no puedo. No puedo porque mis recuerdos de esa época casi no existen. No existen porque mi mente estaba en otra cosa. Estresada y preocupada. Y lo siento por eso. Y hoy te veo y eres un niño feliz y saludable. Y te abrazo y trato de cargarte y ya casi no puedo. Pero igual te aprieto y te beso y atesoro tu cara en mi memoria para siempre.

Y es que esos momentos duran poco. Duran poco porque ahora tienes que compartir a tu mamá con tu hermano menor. Con ese que sí tuvo mi atención y calma cuando fue bebé y que me agarró en un momento en que yo ya sabía qué hacer y qué esperar de la maternidad. Y puede él ser más pequeño que tú pero te lleva la ventaja en eso. Y por eso lo siento. Siento que te haya tocado ser el primero pero nunca olvides que te amo. Que te amo más que a nada en este mundo y siempre serás mi primer bebé.

Tú, mi pequeño, tienes que vivir mis errores. Y te tocará vivir mis inquietudes pero siempre serás quien me enseñe a ser mamá y a ser la mejor mamá que pueda ser. Y sé que tienes un trabajo grande e importante por delante; darle el ejemplo a tu hermano. Pero ese trabajo será fácil para ti por el gran niño que eres y el gran hombre que sé que serás.

Y no importa cuántos años pasen ni cuántas veces contigo me equivoque, mis intenciones son ser la mejor mamá para ti. Y por siempre mi bebé serás.

Te amo,

Mamá.