Hace unos días asistí a una conferencia sobre temas de género, pero lo que más me llamó la atención fue la presentación de una campaña publicitaria de un jabón de lavar con un poderoso mensaje: “comparte la carga”- tiene un doble sentido de “carga” de ropa para lavar y la “carga” del hogar- .
La campaña fue promocionada en India, donde el 80% de las personas consideran que las labores del hogar son exclusivamente de la mujer. Creo que en América Latina el porcentaje no es tan alto, pero seguimos siendo una sociedad machista y es responsabilidad de nuestra generación terminar con eso de una vez.
No solo por nosotras, sino por nuestros hijos e hijas que nos están mirando y que en nuestro ejemplo comprenderán por qué las responsabilidades del hogar se comparten entre toda la familia, y por qué las familias funcionan mejor cuando somos un equipo. En esto se incluyen los temas de atender a los hijos y de estar involucrados en su crianza plenamente, porque todos los estudios indican que cuando los padres están en ese proceso, nuestros hijos son más felices.
En mi opinión, vamos bien. Creo que nuestra generación de hombres está tomando su responsabilidad cada vez más y creo que la sociedad está dando grandes pasos. Pero aún nos falta mucho por hacer.
En muchas ocasiones somos las mujeres las culpables porque no sabemos delegar; porque pensamos que el hombre no lo hace tan bien como nosotras; que no puede “manejar” al recién nacido o al de 3 años y eso es falso. Lo único que el hombre no puede hacer es cargar a un hijo por nueve meses en la barriga, parirlo y dar pecho. Todo lo demás lo puede hacer el hombre perfectamente, mi esposo lo hizo y estoy segura que la mayoría de los de ustedes también.
Nosotras como mujeres, que en nuestra gran mayoría trabajamos fuera del hogar, somos emprendedoras y aportamos de muchas maneras tenemos que aprender a compartir estas responsabilidades. Los roles de género son creados por la sociedad y se pueden romper, la historia no los enseña claramente.
Mi papá es anglosajón y yo crecí toda la vida viéndolo cocinar, mientras que mi mamá no sabía ni hacer un huevo. Por eso para mí es tan natural todo esto. Por otro lado, me cuenta mi tía que en su época jamás vio un hombre en un cumpleaños de niños. Hoy día, en todas las fiestas hay padres acompañando a su madre o padres solos. En mi casa mi esposo hace el súper y le encanta; lleva a los niños a citas médicas – es más amigo del pediatra que yo- y hace su parte. En los países de primer mundo la licencia por paternidad es larga e incluso en algunos la más extendida puede hacerlo la madre o el padre. Imagínense poder escoger… ¡qué belleza!
Claro que hay todo tipo de dinámicas familiares, de temperamentos y de crianzas. Hay mujeres y hombres con sus propias ideas, pero en general, pienso que es un tema importante que todas como mamás debemos pensar para no sentir ese estrés emocional del que tanto hablamos en este blog.
A las muchachas jóvenes que no se han casado, incluso les diría que hablen del tema con su pareja porque realmente hace una diferencia en la calidad de vida la familia. Cuando compartimos las responsabilidades del hogar somos más felices y nuestra familia es más feliz.