Por: Jackie Souter
A veces me preocupo por cosas que no valen la pena. Una, por ejemplo, es ¿cómo le voy a transmitir estos conocimientos que yo tengo de la vida a mis hijos? Estos que me ha tomado más de 30 años adquirir y aquellos que seguiré aprendiendo hasta que me vaya de este mundo. Sí, el ejemplo es lo más importante, pero el ejemplo no basta. Sé que con el tiempo, y a través de las experiencias de vida que tengan mis hijos podré aprovechar para darle
- Nada en esta vida reemplaza el trabajo. No importa cuánto talento tengas, cuan inteligente seas, cuánta suerte tengas, para lograr lo que sea en la vida hay que trabajar. Y no me refiero solo a temas profesionales, o a cumplir sueños, o a cambiar el mundo, para tener una familia feliz, para criar buenos hijos, para tener un hogar funcional, para disfrutar la vida, hasta para ser feliz, hay que trabajar. El trabajo, hijos míos, usualmente es sacrificio, pero el sacrificio hace crecer el alma y no hay satisfacción más grande que lograr algo con sacrificio. Trabajen, hijos, para sentirse vivos, para sentirse útiles, para sentirse mejores personas cada día.
- Las palabras hieren y cuando se dicen, ya no hay vuelta atrás. Esta sabiduría la han compartido miles de seres humanos a través de la historia y ahora tenemos el componente adicional de que escribimos todo en Internet. Cuiden sus palabras y cuiden lo que escriben, cuiden lo que piensan, cuídenlo porque pueden perder muchas cosas para siempre en un momento de ira. No lo compartan todo, más bien, reflexionen sobre lo que se comparte y por qué.
- La integridad no se pierde de un solo tiro, sino poco a poco. Esta enseñanza aparece en el libro The Integrity Advantage y es algo que me impactó cuando lo aprendí y lo analicé. Una mentirita, una coima pequeña, una falta a la palabra, robarse una pluma… cuando haces lo pequeño, te será mucho más fácil hacer lo grande. El día que les llegue la tentación de verdad, esto hará la diferencia. La integridad, la honestidad, la solvencia moral, vívanla en lo pequeños.
- Si te equivocas, acéptalo, pide perdón, arréglalo y continúa. Es tan sencillo, es una de las claves de la inteligencia emocional y tan pocas personas lo hacen. Todos nos equivocamos, todos los días, cometemos errores pequeños y errores grandes. Lo importante es asumir las consecuencias, disculparse y no quedarse varado allí.
- La humildad te lleva lejos. No son mejores que nadie, no son peores que nadie, sépanlo y vívanlo. La competencia es contra uno mismo, es ser mejor cada día y entender que todos tenemos virtudes y defectos, todos somos hijos de Dios y del Universo, y cada uno hace su propio camino. No se comparen con otros, compárense con la persona que eran ustedes hace un año, hace cinco o hace diez y allí sentirán orgullo o tristeza.
Hay tantas cosas más que podría escribirles pero por hoy, es todo el tiempo que tengo. Ustedes quieren jugar a los carritos y a los piratas. Cuando sean grandes entenderán mejor. Los quiere, su mamá.
View Comments (3)
Muy buenos consejos, que he aprendido a lo largo de mi corta vida, aprendí que no debo herir con palabras a nadie aunque crea que lo merecen. Dar lo que quiero recibir (amor, respeto)...
Ser una mejor madre de lo que fue la mía, no es que fue mala, sino que trabajo demasiado para nosotros. Solo las personas humildes pueden cambiar al mundo. Saludos
excelente Jaks.... me alegra verte crecer de esa muchacha inteligente a una mujer, madre profesional cuya integridad es de admirar. Tus hijos te lo van agradecer cuando tenga la madurez para comprender todos esos consejos que cada dia impartes. no te desanimes, ellos aunque no parezca te estan escuchando y poniendo atencion.
Jaca, no tengo palabras para felicitarte por lo que escribes y por lo que eres. Sabes escribir cosas que yo desearía poder ponerlas en papel. Si hay algo que te puedo asegurar, es que tus hijos te amaran, no por cosas materiales, sino por ser una inspiración para ellos todos los días. Te quiero y admiro