Por: Mariví Jaén
De mis 2 hijos, el mayor no come nada (o sea todo es «no quiero» o «no me gusta») y el menor come de todo (aunque siempre dice «no me gusta» por imitar al mayor 😂).
Sin embargo, yo siempre les sirvo lo mismo a ambos, pero trato que el plato del mayor parezca que no tiene nada (todo cortado bien chiquito para disimular las cosas que no le gustan). No obstante lo que haga o cuanto lo corte o lo mezcle, siempre que me siento a la mesa es la misma pelea. «No mamaaaa, eso noooo», «Eso no me gustaaaaa», «Wakalaaaaaa eso tiene cositas de colores», etc etc etc. Respiro profundo y luego vuelvo a respirar y siempre respondo, «tienes 2 opciones, lo tomas o lo dejas». Yo no obligo a nadie, pero eso sí, si no come el almuerzo o la cena entonces no podrá comer merienda.
Al ratito lo veo acercarse a la mesa y empezar a comer. Claro que «escarba y espurga» la comida y termina comiéndose solo una cuarta parte de lo que le serví pero por mi está ok. Al final mi punto es que quiero que entienda que la casa no es hotel ni restaurante y que hay que comer lo que haya.
Recuerdo una vez (y eso me pone muy triste pero les confieso que pasó) que estaba tratando que mi hijo comiera. Ya era el 3era plato que le servía porque no le gustaba una cosa o la otra, encima estaba embarazada y cansada (que OJO no es excusa) y tenía las hormonas alborotadas. El punto es que cuando le llevé al chiquillo el 3er intento de plato de comida exactamente como me lo había pedido, lo ve y me dice «NO QUIEROOOO, ASÍ NO ME GUSTAAAAA». Mi reacción fue agarrarle la carita con una mano y el plato de comida con la otra y acercarlo de tal forma que le metí la cara en la comida, mientras que le decía «pero como que no te gusta si así me lo pediste. Miraaa es justo como me lo pediste». El niño obvio lloraba, yo obvio lloraba, enseguida reaccioné acerca de lo que estaba haciendo y le lavé la cara y lo abrazaba y le pedía perdón mientras que él me miraba con ojitos de desilusión. Me sentí muy mal y culpable después de esa situación y ahí fue donde tomé la decisión que en mi casa no se obliga a NADIE a comer. Se come lo que hay o no se come.
Ha sido SUPER difícil que él entienda esto pero creeeo que lo voy logrando poco a poco. Al principio habían momentos en que pasaban dos días y había comido poco pero el pediatra me decía: «tranquila que de hambre no se va a morir». Y que conste que no les doy ensaladas ni eso. Soy bastante abierta y «buena gente» con ellos con las cosas que en definitivo sé que no les gusta y no se los pongo.
Pero bueno, como esto ha sido un tema difícil para mi aquí les dejo con algunos tips que me ayudaron en su momento (aunque aclaro que hay niños que puede ser que no quieran comer algunos alimentos por presentar problemas sensoriales y nada tiene que ver con malacrianza. Si sospechas que algo de esto hay con tu hijo consulta al médico):
1. Pon a tus hijos a participar en la preparación de la comida.
2. Decora los platos y hazles formas divertidas. ¡Sé creativa!
3. Muéstrales que tu comes de todo. Disfruta tus alimentos y ellos irán poco a poco tomando tu ejemplo. Pero si te la pasas a dieta todo el dís y comiendo pan y agua cómo pretendes que ellos coman de todo? Balance es la clave.
4. No premies ni castigues utilizando la comida. Esto solo les creará falsas expectativas y no aprenderán que la hora de la comida es sagrada. Sino que siempre estarán esperando recibirla como «algo a cambio».
5. Crea rituales a la hora de comer. Es decir, que siempre sea mas o menos a la misma hora. No se salten comidas.
6. No los obligues a comer nada. Si no quieren comer algo espera unos dias y vuélvelo a introducir.
7. Trata que las meriendas sean pocas. Si se la pasan «picando» todo el día es obvio que no tendrán hambre a la hora del almuerzo o la cena.
Al final les puedo decir que yo era SUPER MAÑOSA para comer cuando era pequeña y no comía nada de nada y ahora como de todo. Es cuestión de paciencia y eventualmente comerán. El mío hay días que come bien, otros que no tan bien y días que ni come casi. Y aunque hay veces que me da pereza lidiar con la situación, trato de que aunque sea en la semana coman «relativamente bien», ja ja ja. Ya los fines de semana me vuelvo aún más relax.
¡Cheers!