El trabajo más duro del mundo y para el único que nadie te prepara. ¡Qué irónico!, ¿verdad?
Es normal que los padres nos equivoquemos a diario en la crianza de nuestros hijos porque siendo realistas, nosotros mismos estamos aprendiendo a diario.
Algunos de estos errores no tienen tantas repercusiones pero lastimosamente hay veces que nuestras acciones, aun cuando son con las mejores intenciones, sí pueden tener consecuencias negativas en nuestros hijos.
¿Cómo evitamos cometer estos errores? Bueno, aquí te damos estos tips.
1. Mantén las reglas claras y sencillas. Cuando tratamos de decir mucha cosa terminamos enredándolos y enredándonos. Entonces, lo mejor para que los niños nos entiendan es darles reglas claras y sencillas (y le agregaría «congruentes«).
Una regla que nunca falla y que sirve para todo es «el respeto«. Si desde que están pequeños enfatizamos «el respeto» en nuestras reglas, todas harán sentido y poco a poco irán aprendiéndolo.
Ejemplo: «Respeta a tu hermano, no le pegues«. «Respeta a mamá que cocinó y prueba la comida«. «Vamos a respetar a los animales y tratarlos con cariño«. «Respeta mis reglas que son por tu bien«. «Respeta tu cuerpo y vamos a lavarnos los dientes«. Y así sucesivamente. Esta me ha funcionado bastante bien.
2. Deja de tratar a tu niño como un adulto. Los niños son niños. Por más que a veces nos sorprenden con sus preguntas y formas de actuar un tanto maduras, siguen siendo niños y no adultos pequeños.
Debemos tomarnos el trabajo de leer un poquito acerca de cada etapa de los niños y cómo actúan de acuerdo a su edad cronológica y empezar a llenarnos de paciencia y entender que la mayoría de las cosas que hacen son propias de la edad.
3. Habla menos y actúa más. Esto es importante porque muchas veces nos pasamos amenazando y diciendo cosas que haremos pero que realmente nunca llegan a pasar por cualquier razón que no viene al caso ahorita mismo.
Si dices algo, cúmplelo. Ya sea un castigo o cualquier otra promesa. Si empiezas a contar para que te obedezcan y llegas al número 3, entonces ten el castigo pensado y aplícalo de manera inmediata.
Si sabes que no lo harás, entonces mejor ni cuentes ni digas que los vas a regañar o castigar. Puede ser un «tiempo fuera» o quitarle un juguete o lo que tu quieras, pero cúmplelo.
4. Actúa como quisieras que tu hijo actúe. Esto se explica por sí solo y es algo que desde siempre nos dicen. Los niños son los mejores imitadores. Si tu gritas, el gritará. Si tu vives amargada, él vivirá amargado y así sucesivamente. Es difícil, lo sé, pero tratar de mantener la calma y ser realmente esa persona que nosotros queremos que nuestros hijos lleguen a ser dará sus buenos resultados.
5. Asegúrate de siempre dejarle claro a tus hijos cuál va a ser el castigo por romper las reglas. Recuerda que ya sabes que debes dar reglas claras y sencillas y que debes aplicarle y cumplir lo que dices. Entonces, lo más importante es que tus hijos sepan cuál va a ser la consecuencias si rompen esa regla o desobedecen.
Suena un poco al «estilo militar» pero no necesariamente estamos hablando de castigo fuertes ni nada, simplemente disciplina normal.
Ejemplo: Regla clara: «Respeta el tiempo de mamá que cocinó hoy para ti«. Consecuencia de no seguir la regla: «Si no te comes la comida, no vas a poder comer merienda ni ninguna otra cosa«. De esta manera, ya de antemano tu hijo sabe que esperar y sabe la consecuencia. También te facilita el trabajo a ti porque no tienes que estar perdiendo la paciencia ni inventándote castigos de repente que probablemente terminarás no cumpliendo.
6. Da recompensas más que castigos. Dicen los expertos que las recompensas funcionan mejor porque enfatizas lo bueno y no lo malo. Sin embargo, hay especialistas que inclusive dicen que ninguna de las dos están bien.
En mi caso específico prefiero irme por las recompensas ya que he visto que funcionan muchísimo mejor con mi hijo.
El problema con los castigos no es tanto que sean malos sino que a veces abusamos de ellos y dejan de tener efecto. Mira lo bueno y prémialo o reconócelo de alguna manera y así cuando sea el momento de aplicar un castigo o consecuencia el niño no sentirá que solo te fijas en lo malo.
Otras mamás opinan…