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«Mamá, ¿por qué papá ya no vive con nosotros?»

Por: Marivi Jaen 

Mis padres están casados. Tienen 46 años de estar casados ❤️. Les digo esto porque realmente yo no tengo ni la más remota idea lo que se siente ser «compartida» entre padres divorciados. Sin embargo, hace unos días hablaba con una amiga que me contaba lo difícil que fue para ella que sus padres se divorciaran y ahora que ella se divorció no quisiera que sus hijos pasaran por la misma situación. Sin embargo, me comentó que lo más difícil para ella fue cuando hace unos días su hija de 8 años le dijo: «mamá, ¿por qué papá ya no vive con nosotros?».   Fue en este momento que realmente se sintió triste, decepcionada de ella misma y con una sensación de haberles fallado a sus hijo. Esto me hizo consultar con una terapeuta de parejas y sicóloga infantil sobre cómo llevar una relación con tu expareja a fin que tus hijos sufran lo menos posible y que tus sentimientos, que son normales ya que debes pasar por un duelo normal al momento de separarte de tu pareja, no influya en tus actuaciones con respecto a los hijos de ambos. Básicamente se simplifica en lo siguiente:

1. Cierra la boca: Así como suena. Cierra la boca y no le hables a tus hijos mal de tu expareja. Recuerda que tus hijos son mitad tuyos y mitad de tu ex, por lo tanto si hablas mal de ellos no solo estás quedando como una amargada, resentida y madre dolida sino que también estás diciéndoles que una parte de ellos está mal también. Muérdete la lengua y lo que tengas que decir acerca de tu ex díselo a tu amiga, tu madre, tu nueva pareja a quien quieras menos a tus hijos. Y esto incluye no hablar mal de las madrastras tampoco. Puede parecer que a tu hijo no le importe o que está de tu lado, pero la verdad es que no lo está. Y cuando sea grande te resentirá por eso.

2. Enséñale a tus hijos que siguen teniendo una familia. Y lean bien lo que dije…UNA familia. Que tu y tu pareja se hayan divorciado no significa que hay dos familias y que ellos tengan que dividirse entre ambos. Sigue siendo UNA familia, solo que los padres ya no viven juntos. No debería de ser que tus hijos se sientan que van a la casa del padre o de la madre y tengan que llevar una maleta para el fin de semana. Procura que tengan su espacio en ambas casas con sus cosas. Que se sientan cómodos y bienvenidos en ambas casas. Aunque pienses que tu familia es mejor que la de tu ex, no hagas diferencia en esto. Siempre háblales de que son una sola familia e inclusive si existen hermanastro por cualquier parte refiérete a estos como «sus hermanos» y no como «el hijo de tu padre». Trata de no hacer eventos por separados como por ejemplo, el cumpleaños que le celebra tu ex y el cumpleaños que le celebras tu. No. Deben haber una sola celebración. Son una familia. Punto.

3. Sé flexible. Tendrás que serlo. Si te pones muy dura con las reglas y el acuerdo de custodia que puedan tener en algún momento tu misma te verás perjudicada. Lo ideal sería que no tengan que hacer ningun acuerdo y que puedan llegar a la situacion en que compartan a los niños de manera madura. Un fin de semana con uno, otro con el otro pero si por «x» o «y» motivo hay que cambiar porque te salió un evento y era el fin de semana de tu ex, que puedan hacerlo sin que haya problema. Lo importante es que tus hijos siempre estén con la familia. Y como siguen siendo UNA familia, no importa si pasó un feriado contigo o con tu ex. Hablen y lleguen a un acuerdo para que los niños no se sientan peleados entre los padres.

4. Esto no se trata de ti. Tienes que quitarte la corona y entender que esto se trata de tus hijos y su bienestar. Si te encuentras en la situación en que estás haciendo arreglos para sentirte mejor entonces estás haciéndolo mal. Enfócate en los sentimientos de tus hijos y lo que es más beneficioso para ellos. Siempre haz lo que esté en tus posibilidades para que tus hijos tengan una buena relación con tu ex y con la familia de tu ex. Igualmente contigo y tu familia. Entiende que tus hijos son individuos y como tal tienen sus propias personalidades. No trates de imponerles nada. Déjalos que expresen sus sentimientos.

5. Supéralo. Lo que pasó entre tu expareja y tu y la razón de su separación ya pasó. Tienes que dejarlo ir. Puede ser porque te fue infiel, se acabó el amor, tu le fuiste infiel o simplemente tuvieron diferencias irreconciliables, pero que haya sido un pésimo esposo o una pésima pareja no lo convierte en un mal padre. Entiende esto y supéralo. Y por el amor de Dios no esté contándole a tus hijos lo que pasó y mucho menos si no tienen la edad suficiente para comprenderlo. Ya crecerán y lo entenderán en su momento. No existe un padre perfecto y si te pasas criticando a tu expareja harás que él haga lo mismo y hable acerca de tí. Entonces mejor déjalo ir y enfócate en la situación actual que es darle la mejor familia a tus hijos.

6. Comunicación. Y esto es IMPORTANTÍSIMO. No utilices a tus hijos de intermediarios. Sé lo suficientemente madura para comunicarte con tu expareja y hablar de lo que sea que esté pasando. No siempre van a estar de acuerdo con todo y está bien, pero tampoco tienen que convertir cada situación en la 3ra Guerra Mundial. No siempre puedes ganar. ESCOJE TUS BATALLAS. Siéntense, conversen y lleguen a lo que llamamos un «happy medium» o una «mitad feliz». Algo con lo que te puedas sentir cómoda y que será en beneficio de tus hijos. Nunca, NUNCA involucres a tus hijos en situaciones y peleas de adultos.

7. Recuerda porqué lo escogiste como el padre de tus hijos en primer lugar. Yo sé, yo sé. Probablemente no quieres recordar nada acerca de tu ex, pero debe haber habido un momento en tu vida en que aunque sea lo apreciabas, por no decir que lo amabas. Cuando te sientas frustrada y con sentimientos de odio trata de recordar estos momentos y créeme que se te pasará. Mira a tus hijos y recuerda que no los tuvieras si no fuera por tu ex. Agradecele una vez y déjale saber que siempre lo apreciarás por eso. Recuerda que tus hijos no escogieron que ustedes se separaran. Fue una decisión de ustedes nada más. Es importante que ellos sepan que los aman y que se aprecian porque gracias a eso ellos existen.

Cheers!

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" vidaentremadres : ."

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  • ¡Que buen artículo! Mis padres se separaron cuando yo tenía unos 13 años, empezaba en un nuevo colegio para iniciar el bachillerato y nos mudamos y mamá y yo a una nueva casa muy distante de donde vivíamos, es decir, todo esos cambios en un solo momento. Lo recuerdo como algo "terrible", me encerré en mi mundo y pasé largo tiempo resentida con mi mamá porque me decía cosas malas de mi papá y él simplemente desapareció, así que de alguna manera validaba lo que mi mamá decía de él.

    A medida que crecí fui encerrando en mi inconsciente todo este asunto y lo creí olvidado, pero paso que me hice adulta, formé una familia y ¡zas! no funcionó y separarme era la mejor opción para "solucionar" las cosas. Y todo lo que creí olvidado se hizo latente, me encontré en la posición de mi mamá pero también en la de mi papá. Ir a terapia, me ayudo inmensamente a discernir entre quien soy yo y lo que podía hacer para no repetir mi historia con mi hijo sino hacerlo diferente, hacer lo mejor posible para todos, mi hijo, para mí y hasta para mi ex pareja. No es sencillo, porque fácilmente se puede confundir la yo madre con la yo esposa y empezar a defender una posición con los argumentos de la otra, y eso daña todo esfuerzo que se crea estar haciendo.

    Han pasado 3 años desde que la decisión de separarnos se hizo 100% real, es decir, cada quién en una casa, compartiendo feriados, vacaciones, fines de semana, cumpleaños... y puedo decir que ha funcionado bien. ¿para mí, cuál ha sido la base? La comunicación. En todas las direcciones, conmigo para saber el porque verdadero que me impulsa a hacer lo que hago, con mi hijo para saber que esta pensando, como se siente, que espera de todo esto y actuar en consecuencia, con mi ex pareja, para recordarnos siempre que fallar como pareja no significa fallar como padres.

    Yo creo que aunque hay decisiones difíciles, que te hacen dudar de ti, que te hacen cuestionar si hiciste todo lo que has debido y podido hacer, hay también en ellas la posibilidad de rehacer todo, de darle un nuevo rumbo y salir adelante. Al "separarme bien" mi intento va en mostrarle a mi hijo que aún cuando las cosas no funcionen como uno espera hay que apelar a la resilencia, mirar lo bueno y sujetarse firmemente de allí, siempre puede haber segundas oportunidades y podemos estarlas dejando pasar por concentrarnos en recoger pedazos rotos.