Por: Jackie Souter
En seguimiento a mi entrada de blog anterior, hay un tema de la modernidad que me inquieta desde que mis hijos nacieron y estoy segura que muchas madres y padres lo han pensado: ¿habrá algún problema que le tome tantas fotos y videos a mis hijos y a parte, que las suba a las redes sociales?
Hace unos meses vi la portada de la revista Time, era una ilustración de un niño en coche y se mostraba a sus padres tomándole fotos con varios celulares. El titular decía algo como “¡Ayuda! Mis padres son Millenials” Me reí y me sentí identificada inmediatamente. Aunque no leí el reportaje puedo sospechar que en alguna parte tocaba el tema de cómo hoy en día, desde que nacen, exponemos a nuestros hijos en cuanta red social exista y compartimos fotos de ellos a diario.
De esto, me declaro culpable. Quiero guardar todo para la posteridad, cada cosa graciosa que hacen, cada bailecito, cada nuevo logro, cada día que están vestidos con sus ropitas elegantes y además, quiero compartirlo para que otros vean cuan bellos son mis hijos. Por si fuera poco, recibo lo mismo diariamente de mis familiares y amigos que tienen hijos, por lo que me siento más inclinada a hacerlo.
Pero siendo sincera, la verdad es que a veces, por querer grabar el momento, no lo disfruto. Lo sé, lo entiendo y estoy tratando de mejorar. Por querer agarrarlos comiendo solos, diciendo “te amo mamá” o escribiendo una letra, no paro y me maravillo ante el desarrollo de mis hijos y los logros que alcanzan. Mi hijo mayor, que ya tiene tres años y medio de vez en cuando me dice “no me tomes más fotos” o “no quiero que me filmes”. Y la verdad es que lo tengo que escuchar, es una señal de que estoy abusando. Ellos están viendo todo lo que hago y lo están percibiendo. Por algo me lo dice.
A parte de todo esto, también está el tema de la seguridad. Estuve leyendo que próximamente Facebook, tratando de ser una empresa más responsable, va a sacar un “warning” especial para cuando subes fotos de tus hijos. Es un software que reconoce cuando vas a compartir ciertas fotografías y te preguntará si estás seguro que quieres compartir esa foto públicamente. Con todo lo que está pasando en el mundo, la verdad es que hay que tener mucho cuidado. Además de los peligros obvios, gente mala o depravada, esas fotos quedan en el mundo digital para siempre y eso hay que tomarlo en cuenta.
En una ocasión mi esposo estaba paseando con mis hijos y unas personas que él no conoce se acercaron y llamaron a los dos niños por su nombre. ¿Esos son los hijos de Jackie? Por supuesto, los conocen de las redes sociales. Mi esposo estuvo un poco incómodo en el momento porque nunca se sabe. Es bonito poder compartir con familiares y amigos en el exterior la vida de nuestros hijos y sentirnos que vemos más a nuestros sobrinos y demás, pero también tiene su lado negativo.
En algunos momentos me he preguntado si mis hijos querrían que yo pusiera sus fotos como lo hago. Es mi decisión por ser ellos menores de edad y yo su madre, pero es un cambio de paradigma que nos sucedió sin darnos cuenta. Hoy abrimos las puertas de nuestras casas y de nuestras vidas a casi todos los que conocemos (algunos más que otros), sin cuestionarlo por un segundo.
Al final, creo que no hay respuesta fácil y cada mamá debe hacer lo que mejor le parezca. Mi único consejo como una mamá del siglo XXI, igual que ustedes, es uno que no pongo tanto en práctica pero creo que es importante: registrar esos recuerdos con sensatez y sin abusar y compartir con sentido común y cuidado. Hasta la próxima.