En días pasados Mariví y yo fuimos cordialmente invitadas por la Fundación Relaciones Sanas de Panamá a una charla por una reconocida psicóloga estadounidense, la doctora Norka T. Malberg. La charla era sobre el concepto del apego y algo llamado la mentalización, con el objetivo de ayudarnos a entender las emociones y pensamientos de los niños para manejarlos mejor. Como nos dijo la doctora, la teoría se puede encontrar en Internet, así que ella nos habló de forma sencilla sobre estos temas. De la breve pero excelente intervención, me quedé con algunas reflexiones que quiero compartir con ustedes.
Ante todo, de manera humilde, la doctora nos dijo que es importante aceptar que todas las madres en algún momento (o en muchos momentos) queremos tirar a nuestro hijo (o hijos) por el balcón (por supuesto que toda la sala se echó a reír). En otras palabras, estar conscientes de que ser madre es difícil y que los niños saben cómo “apretar nuestros botones” o como ella nos dijo “ponernos offline”, es el primer paso para criarlos mejor.
También me quedo con la importante reflexión de que como adultos, nosotros pensamos que los niños pequeños razonan como nosotros, lo cual está muy lejos de la verdad. Sus pequeños cerebros a penas se están desarrollando y hay partes que aún no tienen preparadas para pensar como nosotros. Tomemos eso en cuenta.
Algo muy importante que nos compartió y que estoy segura que muchas que me leen ya lo saben, es que los primeros años de vida, especialmente el primero, son fundamentales para el desarrollo emocional de una persona. Son los niños con hogares amorosos, estables, con cuidadores que les prestan atención, que llenan sus necesidades, los que más chance tienen de convertirse en adultos felices y emocionalmente sanos.
Me encantó cuando nos dijo que cuando a los niños les da una rabieta, lo más importante – y ella nos recalcó que sabe que no es fácil- es mantener la calma nosotros, no irnos “offline”. Ser “curiosas”, preguntarles, tratar de conectar con sus sentimientos y entender cuál es el problema. Claro, en muchas ocasiones ellos simplemente quieren hacer de las suyas, y la disciplina es primordial, pero siempre calmadas y cumpliendo con la consecuencia que prometimos. Añadió que no todos los niños son iguales y cada madre debe ir viendo la mejor manera de manejarlo. No hay fórmula mágica, pero lo que nos quiso decir es que no hay que frustrarse, muchas veces los niños no tienen los mecanismos para decirnos qué les pasa o por qué se sienten así, y no es que somos malas madres.
Pero lo que más me gustó de su charla es que nos recalcó que el ideal para todas las madres no debe ser convertirse en la madre perfecta, solo ser “good enough”, es decir, lo suficientemente buena. Cada cual lo podrá interpretar como guste, pero para mí fue música para mis oídos. Esta experta, con estudios en Harvard, que trata a niños y familias con traumas muy serios, me dijo que solo tengo que ser “good enough”. Gracias a la doctora por este excelente mensaje y a la Fundación Relación Sanas por el trabajo que hacen de promover estos espacios de aprendizaje y conocimiento.
Si quieres conocer más sobre la Fundación Relación Sanas puedes ingresar a www.fundacionrelacionessanas.org.