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Háblale a tu hijo (y logra que te escuche)

Una de las cosas que yo, como mamá, siento que más me frustran a la hora de disciplinar y hablar con mis hijos es esa etapa en que sientes que les hablas y les hablas y les vuelves a hablar y ellos actúan como si todo les entrara por un oído y les saliera por el otro. ¿Sabes a lo que me refiero?

Ponte a la altura de ellos y mantén contacto visual

Y yo entiendo que los niños andan con su cabecita en otros temas y que las cosas que para nosotras son importantes, no lo es necesariamente para ellos, pero debo decir, y de manera muy orgullosa, que últimamente he logrado que mis hijos me escuchen.

Bueno, bueno, no necesariamente que me hagan caso todo el tiempo, pero sí que me presten atención y estén más receptivos a lo que les estoy diciendo o pidiendo. Y es que hace un tiempo una amiga sicóloga me dio una simple y sencilla recomendación que no había puesto en práctica pero que desde que la probé ha hecho toda la diferencia del mundo entero: «Baja a su altura», me dijo.

Sí, es tan fácil como esto y es que pónganse a pensar ¿cómo se sentirían ustedes si un gigante viene a hablarles y regañarles? Bueno, así pasa con ellos. Los intimidamos cuando no nos ponemos a su altura y luego me explicó el por qué es recomendable bajarse al hablarles y aquí les digo:

1. Promueve su autoestima porque ellos sienten que lo que dicen, importa.

2. Genera una comunicación afectiva ya que estás tomando en cuenta sus sentimientos.

3. Le da confianza para expresarse porque no te ven como un ser inalcanzable.

4. Le demuestras que lo que él dice te importa. Al tu ponerte a su altura y tomarte el tiempo para esto les manda el mensaje que lo que van a decirte es importante para ti.

5. Promueve su inteligencia emocional porque ellos deben verte a los ojos también y aprender a leer tus emociones.

6. Establece un aprendizaje de igualdad. Y esto es así porque al tu estar a su altura estás demostrando que tienes mucho que aprender de ellos y ellos de ti y estás dispuesto a hacerlo.

7. Genera su comunicación no verbal y/o su empatía al ver que tú también tomas en cuenta sus sentimientos. Los niños aprenden con el ejemplo.

8. Le enseña a relacionarse con calma y serenidad ya que tu no estás perdiendo el control sino más bien tomándote tu tiempo para escucharlos.

9. Facilita escucharlo al mantener el contacto visual.

10. Ayuda a que se concentren ambos en la conversación ya que al no tener el campo visual tan amplio, puedes realmente verlo y concentrarte en lo que él te está diciendo y viceversa.

¿Ya ven? De hoy en adelante pongámonos a su altura y notarán cambios en sus niños. 

¿Has probado esta técnica? ¿Te funciona?

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" Mariví Jaén : Mamá de 2, esposa, abogada y Co-bloguera de Vida Entre Madres."