Un mensaje diferente en la Semana de la Lactancia

Por: Jackie

Estamos en la Semana de la Lactancia Materna. Pero no les voy a repetir que, según muchos estudios aceptados por la comunidad médica, la leche materna es el mejor alimento para el lactante. Esto lo pueden encontrar en millones, pero millones, de sitios web, artículos académicos, blogs, foros de madres, redes sociales, en fin, ya saben. En áreas rurales y pobres, la lactancia materna es la única opción porque el agua está contaminada y un bebé sin defensas puede morir. Hay que promoverlo. Las Naciones Unidas está en esto. En Panamá ya hay consultoras de lactancia y una gran cantidad de activistas. ¡Qué bueno!

Pero no, hoy voy a hablar de un tema diferente, aunque relacionado. Algo que en Estados Unidos se le ha denominado los “mommy wars”, en español, la guerra de las mamis. Este término muy relacionado con el “bottle shaming” (avergonzarte por dar biberón).

Amigas madres, paren de juzgar a las madres que no dan pecho. Porque no pudieron, porque no supieron o porque, simplemente, no quisieron. Y paren de creerse mejores madres porque ustedes sí le dieron “lo mejor a sus hijos” (y aclaro que esto viene de alguien que dio pecho, y en mi opinión, bastante. Y para las bottle shamers sí, exclusivo). No es nada para pifear. Pero, ¿saben por qué lo hacemos? Porque para muchas de nosotras, es durísimo y queremos reconocimiento.

No es fácil que tu vida gire alrededor de eso. Que cada  tres horas te tengas que pegar al bebé u ordeñarte. Y que tu vida sexual no sea igual y que te duelan los pechos. Y andar por ahí con pads y que del lava mano a la regadera ya te estén goteando en el piso y lo tengas que limpiar.  Que huelas raro. Y que congeles y un cartuchito se rompió y quieres llorar porque cada gota cuenta por el sacrificio.  No es fácil pararte a las 3 a.m. y que el bebé se esté durmiendo y tú, ni se diga.  Que sientas las bolas y corras a ponerte compresas para destapar los ductos por el miedo a que te dé mastitis. Por nuestros hijos hacemos el sacrificio y felices… nos sentimos comprometidas, pero fácil no es.

A todas esas mamás que no han dado pecho les digo, las admiro igual, son lo máximo. Ustedes saben qué es lo mejor para su bebé. Ser madre es TODA UNA VIDA DE SACRIFICIO, des pecho o no. Ser madre es lo suficientemente difícil y aterrador para que venga otra a hacerte sentir que eres una mala madre. Es una decisión personal y familiar en la que nadie tiene derecho a opinar.

Les confieso algo, yo en algún momento fui así. En algún momento antes de ser madre y entender que dar pecho es una de las miles y miles de cosas difíciles que habrá que hacer. Antes de caer en cuenta que el primer día de kínder nadie va a estar pensando “ese niño tomó pecho” o “ese niño tomo formula”. Y nadie lo va a notar.

A las personas que promueven la lactancia materna también les tengo un mensaje. Son lo máximo, se necesita la educación y el apoyo, pero háganlo con cariño y sensibilidad. A veces la evangelización tiene un tono que no es correcto.

Bueno este es mi mensaje en la Semana de la Lactancia Materna. Un abrazo a toda las mamás, las que dieron pecho y las que no, las que combinaban, las que se solo se ordeñaron, las que se lo pegaban, las que daban de día o solo de noche, las de menos recursos que dieron porque no tenían opción. A todas en su situación particular, les mando un abrazo y un mensaje de tolerancia entre todas las madres.