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Yo también me canso de ser mamá…

Por: Mariví Jaén
Me siento cansada. Agotada. Hay días que no lo digo pero lo pienso. ¡Qué divertida y relajada era mi vida antes! Yo también estoy abrumada. Te escucho a veces quejarte que tienes dolor de cabeza, que hoy tuviste un mal día y que estás tan cansada que solo quieres tirarte en un sofá y ver televisión hasta quedarte dormida. Pero rara vez te digo como me siento yo. Rara vez te cuento que los niños tuvieron un día terrible. Que se la pasaron peleando y llorando por tonterías todo el día y que en un momento dado les grité tan fuerte que la que quedó llorando fui yo. Claro, es divertido estar con ellos. Nos reímos y una que otra vez me acuesto con ellos y descanso un poco mientras ellos duermen, pero esto no es así siempre. La mayoría del tiempo mi mente y mi corazón estan agotados. Agotados de pensar, sentir y amar. Cada día que pasa tengo emociones encontradas y miedos que no puedo contener. Preocupaciones que solo una madre entiende y que estoy segura que si te las digo te pondrías de mi lado pero rara vez te las cuento porque pienso que sientes que mi único tema de conversación son mis hijos. Que si mi niño jugó hoy en la escuela o no. Que si el niño mayor que se viene con él en el bus le enseñó malas palabras o que si el menor de mis hijos está preparado para dejar el pañal o que si el grande está tarde porque aún lo usa de noche. Te pueden parecer superficiales y triviales estas preocupaciones comparado a las grandes reuniones y conversaciones que tienes en tu oficina pero tú bien lo sabes que una madre piensa en todo.

Desde que ellos nacieron mi vida cambió. Y claro que entiendo que la tuya también pero tu tienes libertad. Tu sales y trabajas fuera del hogar. Tu te reúnes con personas adultas y tus temas de conversación en el día son sobre cosas que te apasionan. Yo tengo que trabajar a veces con los niños encima y cuántas veces no me ha pasado que llego a una reunión y al sacar la pluma de mi cartera se viene un juguete de ellos o una galleta medio mordida o la servilleta con moquitos de ellos que no tenía donde botar y la eché ahí. Y esto no lo cuento. Porque es mi día a día. Porque no quiero parecer que me quejo. Tampoco cuento como se me parte el corazón cuando salgo y mi hijo pequeño me dice «mama no vaya». Y tengo que contenerme para no darme la vuelta y quedarme con él. Pero una gran parte de mi se siente fuerte y poderosa. Una parte de mi está feliz porque salí y por unas horas me siento la de antes. Con mi vida y mi trabajo. La mujer independiente y egoísta que siempre fui. Y esto no lo cuento. Porque no quiero ser juzgada. Porque es mal visto sentirse así.

Pero sospecho que tú tienes mis mismos miedos. Sospecho que tus preocupaciones son las mismas mías. Y sé que aunque tienes el día lleno y la mente ocupada en tu trabajo tu corazón también está en casa con tus hijos.

A veces estoy en el celular y puede parecer que estoy chateando o viendo alguna foto pero la realidad es que estoy googleando sobre la manchita roja que le vi a mi hijo de la nada o sobre la tos que únicamente le da en el día. Y claro, otras veces utilizo el celular porque necesito hablar con alguien mayor. Necesito poder enterarme de las ultimas noticias y no del último capítulo de los superhéroes porque la realidad es que veces no me da tiempo.

Y te veo y siento un poco de envidia de tu vida. De tus ratos libres con las amigas de tu trabajo y del tiempo que pasas fuera de tu casa. Y de la vida independiente que tienes y sé lo mucho que trabajas y sé las preocupaciones que debes tener pero no puedo evitarlo.

Y quien sabe, tal vez tú anhelas mi vida. Tal vez tú quisieras psar más tiempo en tu casa con tus hijos y tener un trabajo que te lo permita. Tal vez tú, amiga mía, madre y esposa estás leyendo esto y pensando en la suerte que tengo yo. Pero lo cierto es que no hay día que pase en que nosotras mismas, las madres, nos demos puños y patadas. No pasa un día sin que escuche a una madre criticando a la otra porque hace esto o aquello. Y no hay día que pase en que no vea a una madre sintiendo un poco de envidia de la otra, sea cual sea su estilo de vida, tal cual estoy haciendo yo en estos momentos.

Amigas, madres, todas debemos unirnos. No quiero comparar. No quiero minimizar ni mucho menos maximizar los sentimientos de cada una de ustedes. No los conozco. Pero conozco los míos y me atrevo a apostar que se parecen mucho a los tuyos. Y No importa si trabajas en casa o si trabajas en una gran corporación. O si eres ama de casa o si eres el sustento de tu hogar. Al final nuestras preocupaciones son las mismas y nuestros sentimientos también.

Y claro que hay que veces que quisiera ser tu y claro que estoy segura que habrán muchas que quisieran ser yo. Pero jamás cambiaría a mis hijos por nada y ¿saben por qué? Porque los amo más que nada en este mundo, pero, a veces, así como tu pides vacaciones de tu trabajo, pues te confieso que yo también me canso de ser mamá…

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" vidaentremadres : ."

View Comments (4)

  • Espectacular. Que desahogo... Es un debate que no supero. Me pasa igual pienso si estuviera de un lado o de otro totalmente como seria?
    Mis saludos,
    Maria Angela

    Enviado desde mi iPhone

  • espectacular reflexión, !es cierto! igual me siento. trabajo y me dedico a mis hijos y es fuerte todo cambia, no es malo decirlo me canso de ser mama y con eso no dejo de amarlos pero somos guerreras y luchemos por ser un poco egoísta y pensar en nosotras mismas eso no es malo al fin y al cabo nuestros hijos crecen y luego quedaremos sin hacer nada y te preguntaras porq no me dedique tiempo. así que hagamoslo estamos a tiempo, saquemos tiempo para nosotras sin dejar de estar para ellos.