Por: Jackie Souter
A veces oigo a personas mayores decir con autoridad: “en mi época las cosas se hacían así y listo. Eso nos funcionaba”. Sé que en muchas ocasiones tienen razón porque los valores permanecen iguales en el tiempo, pero en la práctica muchas cosas han cambiado y existen nuevos retos. Ser madre en el 2015 es diferente a ser madre en 1960, 1990 y hasta en el 2000. El diario vivir que enfrentamos los padres y las madres hoy en día es diferente y hay cosas para las que generaciones pasadas quizás no tienen la respuesta. No es que sea más fácil o más difícil, es que es diferente. Estas son algunas de las que más me llaman la atención.
El reto del acceso tecnología. En todos los foros profesionales que voy se habla de que los bebés hoy en día nacen con un dispositivo inteligente en la mano, entiéndase Smartphone, tableta o computadora. Me consta, he permitido que mis hijos desde pequeños exploren la tableta (cada mamá con su librito) y es así. ¿Pero esto qué significa para la crianza hoy en día? Un gran reto que me llena de miedo. Sé que no importa cuánto control, cuántos filtros, cuántas cosas haga, mis hijos estarán expuestos a conocimientos, imágenes y temas quizás mucho antes de lo que deberían estarlo. Es simplemente el mundo en que vivimos. ¿Cómo minimizar eso? ¿Cómo prepararlos? ¿Cómo controlarlo? En eso estoy pensando y en eso mi mamá jamás pensó. Ni hablemos de otros problemas más serios como el cyberbullying, el sexting y la pornografía online, que no es ni parecida a la que los adolescentes de tiempos pasados vieron. Solo basta con saber que la revista Playboy ya no publicará fotos de mujeres desnudas porque ya no pueden competir con el mundo digital (qué inocente nos parece ahora una simple revista con fotos sexys). Son temas complejos, que aún estamos comprendiendo como sociedad y que cambian día a día. Quién sabe qué aplicaciones se inventarán para cuando mis hijos sean adolescentes y se complica más la cosa. Lo único que sabemos es que tenemos que estar presentes para nuestros hijos, involucrados en sus vidas y ofrecerles disciplina, valores y amor. Suena sencillo, pero qué difícil es.
El reto de la vida rápida. A veces cuando voy a almorzar donde mi abuela de 92 años me reclama por qué como tan rápido, por qué me voy volando, por qué no paso más seguido. Ella me cuenta: yo siempre trabajé y me tomaba dos horas de almuerzo para poder reposar la comida. Si la abuela supiera que en los 30 minutos que paso con ella me llegan veinte correos, un chat de la maestra, dos del grupo de padres de la escuela y tres de mi esposo. Que me falta ir al súper, llamar a la mamá del car pool, etc. Es otro estilo de vida. Podemos mejorarlo, podemos manejarlo pero para sobrevivir, hay que vivir así. Si me tomo dos horas de almuerzo, me botan. Si no me organizo, pierdo el poco balance que tengo. Así es la vida, no está bien, pero es la realidad y con eso hay que vivir. ¿Cómo esto afecta la crianza de mis hijos?; ¿cómo maximizar el tiempo junto a ellos?; ¿cómo enseñarles la importancia de vivir el momento?; ¿cómo inculcarles que estar ocupado no es un ideal pero les doy otro ejemplo? Tantas cosas, pero ahí vamos.
El reto de la sobrecarga de la información. Esto también va relacionado a la tecnología, pero tiene que ver más con el efecto que esto tiene sobre nosotros los padres. En el lado positivo, me imagino a tantos padres desesperanzados en décadas pasadas, perdidos sin saber qué hacer cuando un hijo tenía un problema serio de disciplina, de desarrollo o alguna discapacidad. Hoy en día hay muchas herramientas y la ciencia nos ha ayudado mucho para permitirles a nuestros hijos alcanzar su máximo potencial. Pero por el otro lado de la moneda, creo que hemos llegado a un punto donde hay tanto conocimiento que se pierde el sentido común y los diagnósticos se tiran por doquier. Tanta información nos ha llenado de un estrés innecesario como padres. No podemos comer nada, no podemos hacer nada y todo es un peligro. Lo cierto es que queremos ser padres responsables y aunque digamos que seguimos nuestro instinto, claro que nos afecta tener tanta información disponible y muchas veces contradictoria. Por lo menos a mí, sí.
En fin, creo que las madres y padres hoy en día debemos tomar toda esa sabiduría de antes y aplicarla. Debemos mantener todo más sencillo como era antes. Pero también estar pendiente de todas estas cosas nuevas que nos toca manejar y apoyarnos entre nosotros para enfrentarlo. No tengo la respuesta, pero sé que saldremos adelante.